Con baile y floreo incluido, el equipo de Cuadrado le hizo precio a Gimnasia, fue muy superior a su enconado rival y se sacó la mufa de los clásicos ante un albo que careció de juego y reacción. Una joyita de Giménez y otro gol artesanal de Acosta le dieron la victoria revitalizante al antoniano, que vibró ante más de diez mil personas.
Gimnasia era un cúmulo de imprecisiones. Juventud aceleraba y era difícil de parar para la defensa del albo. Así, Orrego bajó en la puerta del área grande a Acosta, y Emanuel Giménez fue el encargado de ejecutar el tiro libre que infló la red de un impávido Valdiviezo, quien se quedó estático mirando cómo el balón se le metía. Era 1 a 0 y a cobrar. Otra vez el albo pagaba caro la pelota parada.
Gimnasia todo no tenía reacción, mientras que el santo estaba más afilado que nunca y era un relojito partiendo desde el medio. El segundo gol estaba al caer.
El primer tiempo fue prácticamente un paseo de Juventud. Raspó en todos los sectores, una de sus claves estuvo en la batalla ganada en el mediocampo, donde Ríos y Giménez anularon a Monay y compañía. La tendencia no varió en el complemento, y a los 21’ se empezó a hacer justicia cuando uno de tantos balones, desaprovechados en el medio por el albo, derivó en una extensa diagonal y una gran corrida de Hugo Prieto, quien habilitó de manera perfecta a un solitario Acosta, que entró como pancho por su casa por la banda y mandó una caricia a la red.
Y hasta ahí llegó la máquina: Juventud se apiadó de Gimnasia hasta el final y lo hizo participar de su baile de promoción.
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